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Eduardo Francisco Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 en la localidad argentina de 9 de Julio y falleció el 5 de febrero de 1998 en Roma.
Sus restos descansan en la ciudad de Luján.

A lo largo de su vida, el cardenal Pironio desempeñó un papel destacado en la Iglesia Católica, contribuyendo significativamente a su desarrollo y legado en América Latina.
Fue el sexto en ser agregado al Colegio Cardenalicio y el primer latinoamericano que desempeñó un cargo en la Curia Romana al momento de su creación cardenalicia
Ordenación sacerdotal: El 5 de diciembre de 1943, fue ordenado presbítero en la Basílica de Nuestra Señora de Luján.
Actividades académicas: Fue rector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto en la Arquidiócesis de Buenos Aires y decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Influencia en la Iglesia latinoamericana: Como secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Pironio tuvo un papel importante en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), que definió el perfil de la Iglesia latinoamericana post-conciliar.
Obispo y cardenal: Fue obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata y obispo de la diócesis de Mar del Plata. En 1972, fue elegido presidente del CELAM y aplicó las “conclusiones de Medellín”.
Beatificación: El 16 de diciembre de 2023, Eduardo Pironio fue beatificado en Luján. Su prédica comprometida con la opción preferencial por los pobres dejó una huella significativa en la Iglesia. Su legado sigue siendo relevante hasta hoy.
Tuve el honor de conocerlo personalmente en Madrid (España) en abril de 1986 cuando realizaba un seminario de Mariología con el reconocido y prestigioso teólogo René Laurentin y la Madre Cristina Kaufmann. (Profesor Dr. Víctor Zalazar)