Nuevas valoraciones, más instalación de radiobases y una concesión de 20 años son las causas por las cuales el valor de la subasta y del espectro se incrementaron.
La estimación comenzó en 6 mil 500 millones de dólares y ahora ha superado los 8 mil 500 millones. Vea por qué la subasta de frecuencias más grande en la historia de la Anatel está a precios vertiginosos.
Existe consenso en el mercado brasileño de telecomunicaciones de que el punto culminante de la subasta 5G es que no será recaudatoria, ya que la mayor parte del valor se utilizará para cumplir con los compromisos del aviso de licitación y no para la recaudación del gobierno federal.
Pero lo que se decía costar como máximo 35 mil millones de reales (6.5 mil millones de dólares) ha subido de valor. La información más reciente garantiza que el precio superará los 45.7 mil millones de reales (8.5 mil millones de dólares), un incremento de 28 por ciento en comparación con las declaraciones de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) en febrero de 2021.
De esta cantidad, alrededor de 90 por ciento debería invertirse en el país durante 20 años y el resto irá a las arcas públicas. Este gasto multimillonario de los operadores va a comprometer sus presupuestos durante mucho tiempo y, en un mercado dinámico como el de las telecomunicaciones, un gasto inmovilizado puede significar pérdidas en el futuro.
Aun así, una fuente del mercado confirmó que “es mucho mejor tener un precio mínimo bajo, pero con obligaciones, que pagar una cantidad muy alta y la empresa no tener capacidad de inversión”.
Jacqueline López, directora de Relaciones Gubernamentales e Industriales de Ericsson, afirmó recientemente que “desde el momento en que se convierte el costo en inversión, no sólo se puede expandir la conectividad para las empresas, sino que también se obtiene un ingreso adicional de 26 mil millones de reales (4.8 mil millones de dólares)” debido a un base más grande de personas conectadas.
La pregunta que queda es: ¿por qué el precio de la subasta es tan alto?
El precio a pagar por las frecuencias está relacionado con las oportunidades creadas por 5G: cuantas más posibilidades de generar ingresos con la tecnología, más costosa será la subasta. “Este [precio] se realiza mediante el modelado de la Anatel. Vieron más ingresos para los ganadores [de la licitación] y el valor creció”, explicó Eduardo Tude, presidente de Teleco.
Otro factor que elevó el precio de la oferta es el periodo de concesión. Las ofertas anteriores –3G y 4G– otorgaron el derecho a utilizar frecuencias durante 15 años. En el caso de 5G, el plazo es de 20 años.
Cuando el aviso público fue votado por los ministros del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), el valor ya estaba en 45.7 mil millones de reales, más de 10 mil millones por encima de lo prometido inicialmente. Con los ajustes solicitados por el TCU, el valor de la subasta volvió a subir.
La banda de 3.5 GHz, por ejemplo, pasó de 28.55 mil millones de reales a 30.2 mil millones (5.6 mil millones de dólares). Esto sucedió porque el TCU solicitó una revisión del cálculo de cuántas estaciones de radio base (ERB) se necesitan para cubrir el área urbana.
La Anatel volvió a realizar el cálculo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (IBGE) y llegó a la conclusión de que la banda es más valiosa: de 5.71 mil millones, cada bloque pasó a costar 6.04 mil millones de reales (mil 130 millones de dólares), ya que habrá oportunidades de negocio en ciudades más pequeñas, no sólo en algunas capitales, como se calculó anteriormente.
Para compensar el aumento, la Anatel también reforzó los compromisos en el aviso 5G, de modo que sigan representando 90 por ciento del total. Antes, para los municipios con más de 500 mil habitantes se requería una ERB por cada 15 mil habitantes; ahora, se necesita una ERB por cada 10 mil habitantes, por ejemplo.
Como resultado, el precio mínimo de la banda que se pagará a la Unión se redujo de 1.39 mil millones a 1.31 mil millones de reales. Pero las obligaciones se hicieron más difíciles.
“Si, por un lado, el precio es alto, por otro lado, la mayor parte de esta subasta, alrededor de 90 por ciento, viene en compromisos. El precio mínimo era bajo”, dijo Tude, agregando que la subasta no recaudatoria es una vieja demanda del sector.
Pero el experto también destacó un tema importante en estos compromisos: si bien algunos servirán para implementar 4G ó 5G en localidades, es decir, el propio operador ejecuta la acción según el cronograma requerido, otras serán aportar recursos a la Entidad Administradora de la Banda (EAF), que pondrá en funcionamiento las obras. “Entonces es dinero que también se pagará”, explicó.
Todo ello dejó la subasta brasileña, referente para América Latina, con altos niveles de demanda para la industria, ya sea por el precio o por los compromisos que buscan conectar todas las ciudades brasileñas con más de 600 habitantes y más de 30 mil km de carreteras.